El 14 de agosto de 1464 murió el Papa Pio II. El nombre de este pontífice figura en todos los libros de arte y arquitectura del Renacimiento Italiano por haber mandado a reconstruir la plaza central de su pueblo natal para que se ajustara a los más exquisitos gustos de su época.
La ciudad de Corsigiano se transformó en la hoy Pienza tras la remodelación dirigida por Bernardo Rosellino, estudiante de León Battista Alberti. El objetivo principal de esta transformación fue convertir la plaza del pueblo en un perfecto escenario siguiendo los ideales urbanistas del Renacimiento que concebían a la ciudad como el telón en el que se representaban los dramas de la vida diaria. Una plaza central debía tener ejes paralelos que permitieran la vista de lo que se desarrollaba en ella y esa fue la más importante transformación de este sitio.
El duomo de la pequeña ciudad enclavada en una montaña al estilo medieval y la construcción del Palacio Picolomini enmarcaron la belleza de este sitio nombrado Patrimonio de la Humanidad en 2004 por la UNESCO.
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